Siempre regreso feliz de mis viajes, porque vuelvo; y triste, porque regreso. Después los guardo en este escondite; para que no se pierdan, para que nunca terminen.

miércoles, 28 de marzo de 2012

15.898 kilómetros y algunos atardeceres







Ahora que mis continental trail attack han pasado a mejor vida me gustaría hacer un resumen y compartir lo bueno y lo malo de estas cubiertas. 
Podría explicarte lo rápido que calientan estas gomas, la seguridad que te proporcionan en las curvas, el agarre que muestran en las frenadas, la firmeza que muestran en mojado, las risas que puedes echar cuando hay nieve (porque aguantan más que tú), lo canutas que lo puedes pasar si hay mucho barro, la sorpresa que me ha dado su duración, la ausencia de pinchazos, lo bien que se comportan en pistas facilonas (y algunas dificilonas), lo equilibrado de su desgaste manteniendo balón hasta el final...

Pero, aunque todo lo dicho es cierto, que te lo juro por Arturo, no me sale contarte todo eso porque terminaría explicándote los 15.898 kilómetros que me han durado y acabarías aburrido, que yo lo sé.

Así que, como el blog es mío, lo que te voy a resumir es la lista de los lugares a los que he ido (y llegado) con las continental a pesar de la lluvia, del frío, de la nieve, de las malas carreteras, de las pistas bacheadas, de las curvas mal asfaltadas, de los amaneceres, del buen tiempo, de las buenas carreteras, de las pistas firmes y de las curvas mejor asfaltadas del mundo mundial, incluso de los atardeceres.

Hemos visto cómo el sol se escondía en el Cantábrico porque la costa vasca no ha tenido secreto para nosotros. Ni Cantabria. Por el pirineo navarro nos hemos mondado de risa, por las Landas hemos visto puestas de sol impresionantes, en Arcachon, ay, Arcachon… En la Bretaña francesa, en Mont Saint-Michel, en Normandía, hemos estado, hemos estado y hemos estado. Incluso, hemos llegado a tiempo de algún amanecer.

Al Toboso en invierno hemos ido, en las sierras de Jaén, nos hemos perdido… y en Barcelona, ¿cómo te cuento yo lo de Barcelona?
En La Rioja nos hemos retratado, en Soria nos hemos fotografiado, en Ávila nos hemos inmortalizado, en Salamanca… ay, en Salamanca...

Lo peor que te puedo contar de los Trail Attack es que no son los mejores neumáticos para pistas con mucho barro (je) y lo mejor... lo mejor, como la magia de los atardeceres, es difícil de explicar. Quizás sea la firmeza con la que se comportan en casi cualquier circunstancia (al menos para un motero normalito como yo) y que, sin dudarlo, volvería a repetir las mismas gomas, como volvería a repetir todos los lugares a los que he ido (y llegado) a lo largo de 15.898 kilómetros con mis continental.

Incluso, repetiría, algunos atardeceres...